Atendiendo a las peticiones de ofrecer una mayor información de posibles excursiones desde Agadir, hemos empezado, desde este blog, una guía que les acerca a Agadir y sus alrededores.
Anteriormente habíamos hablado de Agadir y de Essaouira.
Esta vez contamos con la colaboración de Mercedes González, original de las Islas Canarias. Mercedes trabaja en un proyecto de cooperación que Radio Ecca viene realizando con la Academia Regional de la Educación y la Formación (AREF) en Marruecos, concretamente en la provincia de Souss Massa Drâa. Ella nos informa de las posibilidades que ofrecen los alrededores de Agadir. Excursiones que muestran la autenticidad de una tierra fértil con gran riqueza cultural.
Empezamos con:
Chtouka Aït Baha, la provincia de la región Souss Massa Drâa más fértil.
Zona productora de argán por excelencia, sus árboles, distribuidos en 84.000 hectáreas, producen 420.000 litros de aceite al año. Se trata de una provincia que ofrece un espectáculo natural al más puro estilo marroquí: para no perdérselo.
Hace unas semanas, por motivos de trabajo, tuve la suerte de descubrir un lugar de ensueño: un conjunto de aldeas con un igoudar (granero bereber) abandonado, pero donde se sigue recogiendo argán y donde hacen el mejor amlou (rica pasta para untar en pan a base de aceite de argán y almendras) que he probado nunca: Tawrirt Nait Boulaich. A dos horas en coche desde Agadir, merece la pena visitarlo y disfrutar del patrimonio arquitectónico y cultural de las zonas rurales del país.
Salimos de Agadir y llegamos a Biougra, capital de la Provincia de Chtouka Aït Baha, tomamos la carretera que va hacia Aït Baha. Una vez dejamos atrás los invernaderos (tampoco esta zona se salva de los plásticos), pasamos por Immi Mkourn, un pueblo entre llano y cerros donde el silencio suena de maravilla y se respira aire limpio y fresco. Continuamos por esa carretera, que poco a poco va subiendo de altitud y, cuando vemos un panel que nos indica que hacia la izquierda se va a Hilala, giramos.
A partir de este punto, el paisaje se hace aún más agradable: colinas redondas llenas de árboles de argán y algún pastor que otro con su rebaño. En el camino, encontraremos un cartel de color verde; es ahí por donde nos adentraremos en los douars (pequeña aldeas) que pertenecen a la asociación Tawrirt Nait Boulaich. Giramos a la izquierda, siguiendo el cartel y subimos hacia el lugar por una pista de tierra.
Esta parte del camino es un poco incómoda y, probablemente, en invierno será imposible a no ser que tengamos un 4x4 y suerte, pero seguro que sus habitantes estarán encantados de recibir a cualquier extraño para enseñarle esta maravilla y descansar del paseo alrededor de un buen té de campo y pan con amlou o con aceite de argán.
Mercedes González
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